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Cinco consejos para empezar el otoño de manera saludable

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El verano es época de vacaciones. Es la época del año a la que todos esperan. La época en la que relajarse y desconectar son prioridad. Pero también es la época del año en la que  muchos de nosotros somos más permisivos en cuanto a nuestra alimentación. En vacaciones hay muchas tentaciones: ya sea el helado durante un agradable paseo por la ciudad, el coctel por la noche o la típica especialidad del país que siempre hemos querido probar. En verano nos dejamos ir y eso está bien. Pero por eso es aún más importante, tras las vacaciones, volver al camino correcto y cuidar de una alimentación saludable y equilibrada.

¿Te cuesta trabajo dejar las costumbres adquiridas durante las vacaciones? ¿De cuando en cuando te pillas bebiendo una copita de vino, o comiéndote otra bola de helado? Te damos 5 consejos, que te van a ayudar a concentrarte en alimentarte sanamente, después de las vacaciones de verano.

Cocina tú mismo/a

Está claro que, cenar fuera hace parte de las vacaciones, pero también es bueno regresar al ritmo de preparar tus comidas tú mismo/a con más frecuencia. Utiliza para ello hierbas y especias frescas, y renuncia a aditivos artificiales. Los platos caseros con ingredientes frescos te proporcionan todos los nutrientes necesarios. Los olores que se forman al cocinar estimulan nuestra sensación de saciedad, de modo que al comer tomamos pequeñas cantidades y tenemos antes la sensación de estar llenos. Además, cocinar por uno mismo/a lleva a disfrutar más de la comida en lugar de solo devorártela. ¿No tienes oportunidad de cocinar durante el día? Pues prepara la comida la noche anterior. Muchos platos se pueden llevar sin problemas y también saben bien fríos.

Presta atención a los horarios fijos para comer

Al principio puede ser difícil volver a atenerse a horarios fijos para comer. Pero las comidas programadas y las pausas entre ellas son importantes para el cuerpo, para así poder asimilar los nutrientes de manera óptima y para poder preparar energía para ti. Pronto descubrirás que tu cuerpo se acostumbra a horarios fijos para comer y que tu sensación de hambre entre las comidas desaparece. Una combinación de hidratos de carbono complejos, proteínas, grasas y abundantes verduras mantienen tu nivel de azúcar en sangre a un nivel constante y, así, te sentirás saciado/a durante más tiempo. Los ataques de hambre son cosa del pasado. En nuestro artículo sobre los niveles de azúcar en sangre y la insulina podrás descubrir más sobre el trasfondo de este tema.

Sé consciente de tus comidas

Debes tomarte tu tiempo para comer. Programa tus comidas. Cuando sea necesario, marca en el calendario una fecha fija para cada comida. Comer no debería suceder así sin más. Comer delante de la televisión o durante una llamada es tabú. Cuando toda nuestra atención no se centra en la comida, nos inclinamos a comer más de lo que de verdad necesitamos. Por eso, búscate un lugar que te distraiga poco, donde tengas tranquilidad y donde puedas dedicar toda tu atención a la comida. Intenta ser consciente de lo que comes. Sabor, consistencia, temperatura, etc. También es importante masticar bien la comida, así te saciarás antes y tu cuerpo podrá digerir mejor los nutrientes.

¿Hambre o apetito?

¿Cuándo tengo hambre de verdad y cuándo son solo antojos o aburrimiento que me llevan a comer? Aprende a diferenciar entre hambre de verdad y apetito. Por este motivo es tan importante el consejo anterior: aprenderás a desarrollar un mejor conocimiento de tu cuerpo y de la sensación de hambre.

Tipp: ¿No estás seguro/a de si tienes hambre? Espera 20 minutos e intenta entretenerte con otra cosa. Si solo tienes apetito, este desaparece tras 20 minutos.

No olvides beber suficiente (agua)

En verano nos es más fácil beber líquidos. A través del calor y del sudor perdemos mucha agua, lo que estimula automáticamente a beber. Pero con temperaturas cada vez más bajas también disminuye la sed. Aun cuando en las estaciones frías no necesitemos tanto líquido como en verano, es importante prestar atención a una cantidad suficiente. El agua mantiene las mucosas húmedas e intactas. Estas son una barrera de protección natural y protegen nuestro cuerpo de virus y bacterias. Especialmente ahora con el cambio de estación, cuando el sistema inmunitario es más propenso a los patógenos.

El agua siempre debe ser la primera elección a la hora de elegir una bebida. El té sin azúcar también es indicado para proveerte de líquidos. Su ventaja: aportan muchas valiosas sustancias vegetales secundarias y te calientan desde el interior, especialmente cuando los días vuelven a ser más cortos y hace mal tiempo.

Tipp: A menudo confundimos el hambre con la sed. Por eso se recomienda beber un vaso de agua antes de cada comida. Así, el estómago estará ya «prelleno» y te saciarás antes.

No importa cuánto te hayas pasado en vacaciones: lo importante es que no pierdas de vista tus objetivos. Acuérdate de tus éxitos y quédate con ellos. Cuidar de una alimentación saludable es, en ocasiones, más fácil de lo que parece. ¿No estás seguro/a de cómo puedes distribuir tu rutina alimentaria? ¿Te faltan ideas? Consigue nuestra guía de alimentación para poder elegir entre multitud de recetas variadas y equilibradas.