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Entrenamiento y fiebre de heno: Lo que hay que tener en mente

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Muchos de vosotros disfrutáis del buen tiempo y estáis deseando salir a entrenar fuera. Pero para otros la primavera es una tortura. Con la subida de las temperaturas el polen aumenta, lo cual hace que, a menudo, sea imposible para algunos atletas hacer ejercicio sin padecer dolorosos síntomas. Si eres de esos, te vamos a dar algunas recomendaciones para que puedas seguir dándolo todo.

¿Dónde y cuándo debería entrenar?

En el caso de que padezcas alergia al polen o incluso asma alérgica, es recomendable que entrenes en el interior. Pero si aun así quieres salir, por ejemplo, a correr es necesario que evites ciertas cosas: los lugares secos y con polvo, las emisiones industriales y de vehículos y aquellos sitios en los que el alérgeno que te causa el problema se encuentre en grandes cantidades (p. ej. prados y campos). Además, los niveles de polen son inferiores en zonas de árboles de hoja caduca que en aquellas en las que hay coníferas.

Infórmate también del recuento de polen en la zona en la que vives. Casi todos los servicios de meteorología online ofrecen esta información. En entornos urbanos el recuento de polen está en su nivel más bajo por las mañanas, mientras que en el campo lo está por las tardes. Sin embargo, el mejor momento para entrenar es justo después de un chaparrón, ya que el aire casi no contiene polen.

Si los síntomas van haciéndose cada vez más fuertes o incluso tienes problemas para respirar deja la sesión de entrenamiento inmediatamente. Aquellos que sufrís asma crónica o asma alérgica fuerte deberíais, en cualquier caso, consultar a un médico antes de empezar en Freeletics

¿Cómo ayuda el entrenamiento a los que sufren alergia?

A pesar de todo, los que padecéis alergia también tenéis una razón para querer entrenar ya que Freeletics puede ayudaros a aliviar los síntomas. Al fin y al cabo, una alergia no es más que una disfunción del sistema inmunitario. Este clasifica ciertas sustancias (que son inofensivas en sí mismas) como patógenos y reacciona de esta forma ante ellos. No obstante, el deporte puede ayudar a estabilizar el sistema inmunitario; sobre todo hacer ejercicio en el exterior.

Además, tanto el ejercicio como el aire fresco, y aún más si se combinan ambos, ayudan al funcionamiento del sistema respiratorio. Así pues, es aconsejable entrenar al aire libre cuando no es temporada de polen ya que puede ayudar a estar mejor en primavera y verano.