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Guía para afrontar el estrés en la universidad

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Independientemente de que seas un estudiante de primer año o más avanzado, la universidad es un periodo estresante, quizás el más estresante que hayas conocido hasta ahora. Simplemente mira lo que tienes enfrente. En primer lugar, están las exigencias académicas de las clases, las tareas y los exámenes. Después la vida social, los deportes, los clubes y otras "obligaciones" extracurriculares. Puede que también estés lidiando con la nostalgia y aprendiendo a vivir de forma independiente por primera vez. Añade a todo eso un trabajo de media jornada, un voluntariado, los compañeros de piso y tal vez una relación sentimental, así que no te parezca raro, si te sientes desbordado. El estrés de la universidad puede traerte por el camino de la amargura. ¿Vas a dejar que eso pase? Hemos preparado una guía para gestionar el estrés y ayudarte no solo a sobrevivir, sino a convertirte en la persona que te esfuerzas por llegar a ser.

¿Qué causa el estrés universitario?

"Solo las cosas que son importantes para nosotros pueden estresarnos", explica Jacob Drachenberg, un Atleta Libre y experto en la gestión del estrés afincado en Berlín, que vivió en primera persona su episodio de crisis de estrés en la universidad. En resumen, si es importante para ti seguir una dieta saludable, entonces el hecho de dejarte llevar y tomarte una tarrina de helado de una tacada, hará que te sientas culpable y te estresará. Drachenberg explica que las personas que se fijan altos estándares para sí mismos, como pueden ser los resultados académicos, el rendimiento deportivo, las relaciones personales, están expuestas a un alto nivel de estrés. Eso le ocurre a muchos estudiantes universitarios. Al mismo tiempo, el estrés es único, complejo y muy individual, añade Drachenberg. Si eliges a 500 estudiantes universitarios, tendrás 500 perfiles de estrés diferentes. Cada uno tiene su propia sensación de prioridades y respuestas al estrés.

Aprende sobre el estrés, aprende sobre ti mismo

La singularidad del estrés significa que todos tienen que desarrollar su propio plan para gestionarlo. Sin embargo, el estrés puede ser un maestro y un motivador si aprendes a canalizarlo correctamente. Drachenberg llama a esto "competencia de gestión del estrés".

Comienza por conocerte a ti mismo. Drachenberg recomienda pasar los dos primeros semestres haciendo precisamente eso: descubrir quién eres, quién quieres ser, qué tipo de vida quieres llevar. Aprender qué es lo que más te estresa es parte de ese proceso, así como aceptar que aún no eres un experto en la vida adulta. El hecho de que estés en la universidad no significa que sepas hacer malabares con todas las pelotas sin dejar que caigan algunas. Habrá algunos fracasos y momentos en los que dirás: "no sé qué demonios estoy haciendo", pero recuerda que todo el mundo comete errores cuando está aprendiendo a hacer algo nuevo. "No trates de ser un perfeccionista. Tómate tu tiempo para ganar experiencia, y prueba”, aconseja Jacob Drachenberg.

Regulación del estrés... y bananos

Una parte importante de la competencia de gestión del estrés es aprender a usarlo para tu beneficio, pero no dejes que el nivel de estrés sea muy alto y se ponga en tu contra. - Se puede utilizar el estrés para aumentar el rendimiento. "El estrés ofrece mucha fuerza y energía. Puede favorecer la atención y la concentración", afirma Drachenberg. Por ejemplo, si tienes demasiado estrés, puede ser el momento perfecto para entrenar. Nuestra propia encuesta muestra que casi la mitad de los estadounidenses que hacen ejercicio al menos 2-3 veces por semana afirma que les ayuda a reducir el estrés. Estamos convencidos de que sudar debería estar al principio de tu lista de prioridades: te ayudará a mejorar tu apariencia física y eliminarás la tensión. De manera similar, una cierta cantidad de estrés puede ayudarte a concentrarte durante las clases y las sesiones de estudio. No hay nada mejor para que la mente se concentre que un examen inminente a mitad del curso.

No hay que abusar de las buenas cosas y lo mismo sucede con el estrés. Los bananos (plátanos) son saludables, pero come 20 de golpe y consumirás una gran cantidad dañina de fructosa. Estrésate mucho y también sufrirás las consecuencias. La ansiedad, el pensar demasiado y el comer en exceso son señales de advertencia del estrés excesivo, advierte Drachenberg. Cuando esto sucede, es hora de volver al equilibrio.

¿Por qué es bueno para ti perder el tiempo de vez en cuando?

¿Cómo mantienes el estrés en un nivel saludable? Ya sabes que entrenar regularmente ayuda a deshacerte de la tensión acumulada. Aprender a organizar tu tiempo y tus compromisos también ayuda mucho, pero no necesariamente por las razones que piensas. Sí, una buena planificación te permitirá agrupar todas las prioridades en tu día, pero, lo que es más importante, sostiene Drachenberg, es que te permite trabajar en el tiempo de inactividad que tanto necesitas. Algunas personas podrían considerar que pasar una o dos horas en las redes sociales es una pérdida de tiempo, pero él no está de acuerdo. "Preocuparse por perder el tiempo es realmente un factor de estrés". Si estás al día con tus estudios, te mantienes al día con tus compromisos laborales y sociales y haces ejercicio con regularidad, entonces puedes (y debes) disfrutar de un descanso cuando puedas. Esto no quiere decir que te quedes en la cama todo el día con el móvil en mano. Saber en qué momento necesitas saber cuando tienes que relajarte forma parte de la competencia del estrés. Dormir y comer bien también es importante para mantener un equilibrio entre el estrés bueno y malo.

La universidad es el mejor lugar y momento para decidir quién quieres ser y hacerlo posible. Sean cuales sean tus objetivos - ser más fuerte, más saludable, más inteligente, más feliz, etc. - tienes más posibilidades de lograrlo en la universidad que en cualquier otro momento. Solo asegúrate de que el estrés te ayuda, y no te perjudica, para conseguir tu objetivo.