Objetivo de fitness | Training Journey | Duración | Resultado |
Perder peso Ponerse en forma | Fuerza híbrida | 5 meses | -12 kg |
Lisa pensaba que sus días activos habían quedado en el pasado, hasta que se unió al desafío de transformación de Freeletics para motivarse a superar sus límites. En el camino, recuperó su forma física, redescubrió su amor por el ejercicio y demostró que la constancia y la disciplina dan sus frutos. Y sus resultados son impresionantes. Esta es su historia:
«Antes de unirme al desafío de transformación de Freeletics, llevaba una vida muy activa. Me encantaba hacer ejercicio y practicar todo tipo de deportes: natación, gimnasia, balonmano, baloncesto, bádminton, voleibol, solo por mencionar algunos. Durante mi adolescencia, me la pasaba haciendo ciclismo de montaña, esquiando y practicando snowboard, y participaba en todo tipo de competiciones deportivas escolares.
Pero todo cambió durante la pandemia. Primero me desgarré uno de los músculos abductores de la pierna, y poco después, el glúteo derecho. Me vi obligada a descansar durante meses. Luego, cuando comencé mi primer trabajo a tiempo completo, estaba demasiado cansada y no tenía energía para nada. Me seguían gustando los deportes, pero notaba que mi forma física era cada vez peor.
Mis hábitos de alimentación tampoco eran los mejores. Intentaba seguir una dieta sana, pero la mayor parte del tiempo me olvidaba de comer por el estrés o comía una pasta rápida.
En general, durante el año anterior, había estado sometida a una enorme cantidad de presión. Estaba terminando mi licenciatura mientras lidiaba con problemas de salud e intentaba dar lo mejor de mí en mi nuevo trabajo de estudiante remunerada. Todo esto me dejó agotada y abrumada, con poca energía para hacer ejercicio».
Reencontrarme conmigo misma
«Los objetivos que me propuse alcanzar con el desafío de transformación eran simples pero significativos. Quería recuperar mi forma física y conseguir una definición muscular visible. Quería volver a entrar en mi dirndl (vestido típico bávaro) y también poder hacer algunos Pullups (o aunque sea uno).
Pero, más que nada, quería volver a sentirme segura de mí misma. Quería establecer una rutina, tener más energía a lo largo del día y ponerme más fuerte y en forma semana tras semana.
Estaba entusiasmada. Tenía muchas ganas de cambiar y crear un nuevo estilo de vida. También me motivaba saber que no estaría sola en esto; ¡entrenar con otros siempre es divertido!».

Reflexiones sobre mi trayectoria
«A mitad del desafío, mi perspectiva sobre los workouts había cambiado por completo. Al principio, los veía como algo que tenía que hacer por obligación. Ahora son algo que espero con ganas. Y me he vuelto más activa en general al incorporar pequeñas actividades, como usar la bicicleta o caminar distancias más largas.
Claro que mi motivación varía de un día a otro, pero se siente genial terminar un workout que inicialmente no tenía ganas de empezar.
Desde el punto de vista físico, adelgacé bastante y me volvió a entrar la ropa de antes. Esto es fantástico, aunque algunas prendas ahora me quedan demasiado grandes... Uno de los mayores cambios que he notado es el aumento de mi fuerza: pasé de apenas poder colgarme más de cinco segundos de la barra de dominadas a hacer Assisted y Jumping Pullups.
Es una sensación increíble, y hasta los pequeños cambios, como poder subir cuatro pisos por escalera sin quedar agotada, se sienten geniales.
A nivel mental, todavía tengo mis bajones, y es normal que así sea. Entrenar y estar más en forma no es la solución mágica para todo».
Vencer el miedo
«Al principio, tenía miedo de no poder mantener el ritmo y de aflojar a mitad de camino. Pero con el tiempo me di cuenta de que ese miedo estaba solo en mi cabeza. Ya había completado 10 semanas del desafío de transformación sin siquiera pensar en abandonar o hacer trampa.
Seguir rutinas siempre ha sido difícil para mí, pero completar este desafío me enseñó a superar mi miedo a rendirme nuevamente. El fitness se ha convertido otra vez en parte de mi vida cotidiana.
Con la ayuda de los entrenadores y los workouts en grupo, aprendí a no ser tan dura conmigo misma cuando tengo un mal día. Es mejor hacer algo pequeño que nada en absoluto.
Me di cuenta de cuánto más me movía durante la semana, no solo por los workouts, sino también porque optaba por recorrer distancias cortas caminando o en bici o me juntaba con amigos para entrenar o practicar deportes.
Cuando estaba por la mitad del desafío, todavía pensaba que llegaría un momento en el que dejaría de entrenar o volvería a comer mal. Sin embargo, me di cuenta de que ese miedo estaba solo en mi cabeza y que ya había completado 10 semanas sin pensar en abandonar ni hacer trampa».

Objetivos cumplidos: ¿y ahora qué?
«Alcancé el objetivo que me propuse. Quería volver a estar en forma y dejar de ver el ejercicio como una obligación. Ahora que he logrado eso, tengo una buena base para seguir trabajando en otros objetivos de fitness, como llegar a hacer un Strict Pullup sin ayuda, o tal vez marcar los abdominales.
Mi perspectiva sobre el fitness ha cambiado; ahora estos objetivos son proyectos que me divierten.
Pero hay otros beneficios que me sorprendieron: ya casi no tengo síntomas de síndrome premenstrual. Antes, cuando me ponía muy sensible y tenía poca paciencia, era un claro indicio de que mi periodo estaba por empezar. Ahora mi estado de ánimo es mucho más estable.
¿Cambiaría algo de lo que hice? La verdad es que no. Hay pequeñas lecciones que aprendes en el camino, pero todo eso forma parte de la trayectoria. El fitness se ha convertido en parte de mi vida cotidiana, pero también tengo ganas de ser más flexible y espontánea en mi vida social, sin que la preparación de las comidas me limite. Aunque voy a extrañar los entrenamientos en equipo, ¡eran siempre muy divertidos!
Darme cuenta de que hice algo grandioso se siente genial».
Mi consejo: no tengas miedo de empezar y esfuérzate al máximo
«Date un respiro de vez en cuando; no eres una máquina. Pero si confías en ti y das el máximo, al final todo valdrá la pena».