Objetivo de fitness | Training Journey | Duración | Resultado |
Perder peso | Básicos de la pesa rusa | 5 meses | -23 kg |
Casi diez años después de su primera gran pérdida de peso, Georg se dio cuenta de que estaba volviendo a sus viejos hábitos. Estaba subiendo de peso y se sentía cada vez más lejos de ese atleta que antes competía regularmente en carreras de obstáculos (OCR) y medias maratones.
El desafío de transformación de Freeletics le dio la estructura y la motivación que necesitaba para reavivar su pasión y recuperar la versión de sí mismo que sabía que aún llevaba dentro. Esta es su historia:
«Mi historia en realidad empezó hace casi diez años, cuando salió el primer Apple Watch, mucho antes de que comenzara el desafío de transformación de Freeletics. En el trabajo me dieron un Apple Watch para probar, y en ese entonces estaba en mi peso más alto.
Una de las aplicaciones que probé fue un contador de calorías. Por pura curiosidad, empecé a contar calorías. Muy pronto me di cuenta de que las porciones permitidas eran demasiado pequeñas. Y luego comprendí que si entrenaba, podía comer más. Así que empecé a entrenar.
Lo primero que hice fue correr. Al principio corría despacio, cada dos días. Y unas dos semanas después, un amigo me preguntó si alguna vez había probado Freeletics. Había oído hablar de la aplicación, pero la verdad es que me daba un poco de miedo probarla. Finalmente me animé.
Mi primer workout fue Aphrodite: 150 Burpees, 150 Squats, 150 Situps.
Fue agotador. Me hizo sudar y maldecir, y me llevó una hora entera de mi vida. Pero, por algún motivo, me enganché.
Cinco meses después, había perdido más de 30 kilos. Al año siguiente, estaba corriendo medias maratones y comencé a participar en carreras de obstáculos. Desde entonces, no he dejado de hacer deporte.
Pero después de mi último Spartan Trifecta Weekend en Kaprun, me relajé y subí de peso. La mayor parte de mi "ejercicio diario" pasó a ser 30-50 minutos en la bicicleta elíptica. Mi alimentación no era buena: comía demasiados dulces y estaba muy estresado por haber subido de peso».
Empezar de nuevo con disciplina
«Unirme al desafío de transformación me dio el empujón que necesitaba. Mejoré mi alimentación, dejé los dulces y volví a entrenar de manera constante. Mi objetivo para el desafío de transformación era claro: volver a los 85 kg y ser capaz de afrontar las carreras de obstáculos con soltura. Quería perder peso, que la ropa me volviera a quedar bien y poder ponerme los calcetines y los zapatos con facilidad otra vez.
Al empezar el desafío, me sentía lleno de energía y confianza. Estaba dispuesto a darlo todo. Tener a Sina, la nutricionista, controlando lo que comía, y siendo estricta al respecto, me ayudó mucho a mantener la motivación.
Me imaginaba que al final del desafío me sentiría fuerte, en forma y realmente satisfecho con mi cuerpo otra vez. Que habría desarrollado nuevos hábitos, como beber agua con limón por la mañana (un poco extraño al principio, pero muy recomendable). Y que habría dejado de una vez por todas los hábitos poco saludables, como comer dulces.
Aunque el mayor cambio sería poder, por fin, volver a encaminarme… y mantenerme en el buen camino durante los próximos diez años».
Transformación por dentro y por fuera
«A mitad del desafío, el cambio era absoluto. Entrenaba a diario, y ya no hacía solo sesiones de baja intensidad en la bicicleta elíptica, sino que entrenaba de verdad. Estaba corriendo otra vez. Al menos 5 kilómetros al día, aunque generalmente corría más. Y no me sentía bien si no entrenaba.
Ya había perdido casi 20 kilos. Estaba más en forma y había ganado rapidez y resistencia. Mi frecuencia cardíaca en reposo había vuelto a bajar… La ropa de mucho tiempo atrás me quedaba de nuevo, e incluso la ropa que había comprado solo seis semanas antes ya me quedaba grande.
La gente empezó a decirme que me veía bien, y yo finalmente podía decir que a mí también me gustaba cómo me veía.
Pero no todo era perfecto. A menudo el hambre me ponía de mal humor y trataba mal a mis seres queridos. La dieta se me hacía un poco solitaria, ya que era el único en mi familia que la seguía. A pesar de todo, sabía que mi objetivo de correr con facilidad la Spartan Beast en Kulmbach era alcanzable, así que seguí adelante».
Objetivos superados y un nuevo nivel de forma física
«Después del desafío de transformación, mi relación con el fitness continuó creciendo. Seguí corriendo mucho. Quería volver a estar en forma, así que me exigí con workouts más intensos. Seguir la dieta ya no me resultaba tan difícil.
Y al final, conseguí más de lo que esperaba. Mi objetivo original era pasar de 105.6 kg a 85 kg. Pero logré bajar a menos de 82 kg. ¡Superar un objetivo con creces es una sensación increíble!
Agradezco a mi cuerpo por haberme permitido perder peso tan rápido y al desafío de transformación por haberme dado ese empujón que tanto necesitaba para tomar el control de mi trayectoria y volver a empezar».